EL FLECHA II

Vuelve El Flecha, pero esta vez no se queda quieto en su pueblo, Lorica, sino que emprende un picaresco recorrido por toda la Costa, que lo lleva hasta Riohacha, Valledupar Santa Marrrrrrta - como dice el mismo Flecha-, Barranquilla, Cartagena, Sincelejo y Montería. Entre chanzas y bromas, El Flecha registra el carácter peculiar y ocurrente de cada una de estas ciudades y sus regiones, cosa que para un cachaco, por supuesto, sería imposible. El Flecha es un seductor natural. Su labia es su magia.

El Flecha tiene el encanto de esos sabios y sabrosos relatores de historias que han venido desapareciendo en aldeas y campos. Resulta tan elemental pero tan atractivo como esas pinturas naif que adornan las paredes de los bares de la Costa, o como esos coloridos busecitos escalera de Pitalito que siempre nos arrancan una sonrisa.

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Dulce Veneno Moreno

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